«La escuadra destacada en Europa ha de abandonar con toda urgencia el Mediterráneo, y la escuadra surta en aguas de Asia a fin de desplazarse simultáneamente. Una escuadra resultante de la combinación de las dos anteriores, reforzada con algunos barcos de la escuadra nacional, debería conquistar las Islas Canarias, con vistas a utilizarlas como base para ulteriores maniobras contra la marina española en sus propias aguas, así contra el comercio de la misma nación.»
