Manuel León/canariasdecolonial.com
Es tal el colapso del sistema que, por medio de los seguros privados, las listas de espera de meses para especialistas se trasladan a la sanidad privada. Es tanto el negocio concertado que la sanidad privada pasa a ser, también, de mala a pésima calidad. Pero cada vez con más conciertos, más negocio con el SCS.

» Trátenme con Dignidad y Respeto «. Es una exigencia que los pacientes y familiares están denunciando al SCS y a los trabajadores sanitarios
En concreto en el hospital Insular que es el que más conozco, pero extrapolable con toda seguridad a cualquier hospital de las Islas, siguen las urgencias colapsadas así como las listas de espera de otros servicios, mientras cientos de millones son traspasados a los hospitales privados concertados. ¿Podemos llamar corrupción cuando la consejería de sanidad traspasa cientos de millones de euros a las clínicas concertadas, en vez de invertir en la sanidad pública?. Dicho de otro modo. ¿Han estado y siguen estando los «responsables» del servicio público de salud al «servicio» de los intereses y enriquecimiento de la sanidad privada…?
Y el covid19 les vino de perlas
La atención en urgencias es el reflejo directo del estado de la sanidad. La falta de respeto a la Dignidad del paciente es tan grande que se cambian los pañales con las camillas en los pasillos a la vista de otros ⁶pacientes, sin ningún tipo de sistema que proteja la intimidad. La indignidad comienza con lo pacientes en los pasillos y se «normaliza» el resto. ¿ Podemos llamar corrupción política cuando se traspasa cientos de millones de euros a la sanidad privada concertada en todo tipo de servicios: rehabilitación, radiología, operaciones programadas de todo tipo ?. Es tan sistémica como descarada, el mismo cirujano que deberia operar a un paciente en el hospital público lo hace en el privado concertado,
Es una constatación que hay una relación directa entre el enriquecimiento del negocio de la sanidad privada y la nefasta calidad de la sanidad pública.
La atención en urgencias el el reflejo directo del estado general de la sanidad pública, entre otras razones, por la despreciable privatización de la sanidad, que traspasa cientos de millones de euros a la sanidad privada concertada.
Mientras los nuevos ricos navegan con sus yates, los pacientes se hacinan en los pasillos de los hospitales y las listas de espera son interminables
Un caso concreto de deficiencias graves y de praxis insuficiente y negligente
El caso de una paciente que llega al hospital tras varios días con fiebre y con insuficiencia respiratoria, es derivada en ambulancia desde un centro de Salud. Después de 6 horas en los pasillos de urgencias el único tratamiento recibido es una radiografía de tórax y un medicamento para las fatigas (nauseas) en la vía y una sonda uretral. En ningún momento se le hidrata a través de la vía (recordar que lleva varios días con fiebre), ni recibe oxígeno a pesar de la insuficiencia respiratoria. En el mismo pasillo es cambiada de pañal, pues no se le permite ir al servicio.
Ese cambio se hace delante del resto de pacientes sin aplicar ningún tipo de protección para preservar su intimidad. ¿es correcto este tratamiento así como el respeto a su dignidad e intimidad?. Es obvio que no. En cualquier centro de salud se le hubiese hidratado y hubiese recibido oxígeno, como así ha ocurrido anteriormente con la misma paciente. Al igual que habría recibido respeto a su dignidad e intimidad. Recordar que el paciente no acudió al hospital por propia iniciativa, sino que fue derivada en ambulancia.
La falta de respeto a la Dignidad del paciente es tan grande que se cambian los pañales con las camillas en los pasillos, a la vista de otros pacientes, sin ningún tipo de sistema que proteja la intimidad. La indignidad comienza con lo pacientes en los pasillos y se «normaliza» el resto.
Lo cual indica que ni en el centro de salud ni en el hospital recibió un trato digno exigido. Primero el exceso de celo de la medica del servicio de urgencia del centro de salud, que se la «quitó de encima». Y después de el hospital Insular de Gran Canaria, donde el trato fue indigno y el tratamiento insuficiente, dado el historial clínico de la paciente donde claramente dice que padece ee asma y de enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). La negligencia y la insuficiencia en los dos centros de urgencias es manifiesta.
Hay un caso paradigmatico, la Clínica San Roque meloneras, estuvo a punto de cerrar cuando unos años atrás, el concierto de urgencias y operaciones programadas con el SCS se mantuvo «colgado» durante un tiempo. Hay que recordar que el terreno de valor multimillonario de este hospital fue un «regalo» en forma de concesión administrativa del ayuntamiento de S.B. de Tirajana.
NO TODO ES POR EL SCS. Sobre Buenos y malos profesionales y peores personas. Cuando el buenismo es la excepción
La responsabilidad de la calidad de los servicios y la falta o violacion de los derechos del paciente corresponde en primer lugar al SCS y a su brazo político, la consejería de sanidad. Después a la irresponsabilidad, falta de profesionalidad y humanidad del personal sanitario, demasiado desensibilizado ante el dolor físico y emocional de los pacientes, y sobre todo los más vulnerables. El buen trato y el servicio adecuado, ya no decimos excelente, es la la excepción y no la norma.
Las personas que con frecuencia, y para su desgracia, que tienen que acudir a urgencias pueden dar fe de que el buen trato, el respeto a su dignidad e intimidad, la correcta y permanente información, el diagnóstico y tratamiento son de pésima calidad, tercermundista, si lo comparamos con los estándares del Norte de Europa (escandinava, Alemania…).
Son los buenos profesionales y mejores personas los que se deben sentir representados en la excepción de la regla. El resto de » profesionales», unos quemados, otros que solo han accedido a ese puesto de trabajo por la «seguridad», y otros que van a pasar sus horas con la menor responsabilidad y trabajo posible son los que participan en un sistema perverso, sin ningún tipo de control de calidad del servicio, ni satisfacción del «cliente», los que junto con una nefasta organización material y recursos humanos y derivación de recursos a la sanidad privada por parte del SCS, los que hacen posible y logran cada día la vulneración y violación de los derechos más elementales, a la dignidad, intimidad y a unos servicios sanitarios que den a los pacientes la medicina de máxima calidad que necesitan y se merecen.
En un país con estado de derecho, la Fiscalía Anticorrupcion actuaría de oficio ante el traspaso continuo de recursos públicos a la sanidad privada, en detrimento y empobrecimiento de los servicios sanitarios públicos.
AGRADECIMIENTOS
Agradecimiento a los profesionales que hacen su trabajo con la máxima dignidad y respeto por los pacientes, estos no se deben sentir aludidos en este artículo. Al contrario, nos consta su indignación ante el el estado deplorable de la sanidad pública en beneficio de la privada
A los profesionales que respetan la dignidad y derechos del paciente, que hacen su trabajo lo mejor posible, a pesar de la falta de recursos y que aún conservan la sensibilidad y la vocación sanitaria y de servicio, les damos desde aquí nuestro más sincero agradecimiento y nuestro respeto a su trabajo.
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