Libro de María Galindo

Dedicado a la india solitaria, dispuesta a toda soledad por ser antes que originaria, original. Dedicado a la puta fiera, que sabe que todos los gobiernos son mafias proxenetas. Dedicado a la lesbiana indomable, que no busca integrarse al festin familiar donde los hombres se comen la vida de las mujeres. Y finalmente dedicado a todas las mujeres rebeldes, que han decidido que el desacato es su camino y que saben que hacerlo con otras es más placentero y más efectivo.
La editorial : lavaca.org es la casa virtual de nuestra cooperativa. Habitamos la web desde abril de 2002, pero nuestro parto se produjo el 19 y 20 de diciembre de 2001, en la calle y al grito de “Que se vayan todos”. Allí nació nuestra primera nota, que distribuimos por mail entre nuestros contactos y con el lema “anticopyright”. Hoy forma parte del libro Grandes crónicas periodísticas, editado por el Fondo de Cultura Económica, junto a textos de José Martí, John Reed, Elena Poniatowska, entre otros clásicos.Desde entonces hasta hoy lavaca se propone generar herramientas, información, vínculos y saberes que potencien la autonomía de las personas y sus organizaciones sociales.
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Palabras de la autora sobre el libro
Por: María Galindo. Nos pueden robar los términos y las categorías, pero no nos pueden robar las prácticas políticas” me dijo una amiga feminista. Escribo este libro para reclamar la autoría de la propuesta de despatriarcalización que nació de mi mano y en el contexto del proceso constituyente boliviano, pero aclaro, al mismo tiempo, que no es una cita al pie de la cual figure mi nombre lo que reclamo. Escribo este libro por el desperdicio, la confusión y la desfiguración que se está haciendo desde los y las burócratas del gobierno de Evo Morales, desde los organismos internacionales y desde las oenegés, del término y de la propuesta. Se han agarrado a la despatriarcalización como bandera, banalizándola y usándola, en realidad, como camuflaje de una política simplemente liberal, continuista y repetitivade otorgación retórica de derechos para las mujeres. No me siento orgullosa de que eso se esté haciendo con una propuesta mía, tampoco me siento víctima del abuso de poder y del abuso de propaganda donde la despatriarcalización se ha convertido en un apellido que se le pone a cualquier cosa para sonar novedoso. Entiendo esta rapiña como una prueba de la pobreza de pensamiento dentro del Estado y dentro de las oenegés y de la necesidad, por lo tanto, de apropiarse a como dé lugar de lo que se produce por fuera de sus tramas institucionales. Sin embargo, no es simplemente “la rapiña” lo preocupante porque no responde únicamente a la necesidad de decorar sus monótonos discursos, no sólo estamos frente a la desesperación fruto de la pobreza de ideas para enfrentar la realidad, sino a la necesidad, al fin de cuentas, de neutralizar la fuerza contestataria de las luchas feministas. La teoría es un instrumento fundamental de la lucha. El horizonte hacia dónde queremos ir y la capacidad de nombrar ese horizonte es algo precioso e imprescindible; apropiarse del término es, de alguna manera, apropiarse del horizonte para supuestamente ser los protagonistas de esta lucha. Apropiarse de la teoría es apropiarse de la fuerza conceptual y argumen- tativa de un movimiento. Lo que en esta rapiña juega a nuestro favor es la ta- radez de “la institución” en sí misma. La incapacidad institucional, ya sea que hablemos del Estado o de las oenegés de poner realmente en circulación ideas y discusiones ideológicas. Ni el Estado, ni las oene- gés han sido, en ninguna etapa histórica, lugares de pensamiento; en todo caso podríamos decir que han tenido la virtud de ser una especie de lápidas del pen- samiento. Ninguna idea ha crecido dentro del Estado ni de las oenegés; las ideas, los debates y las meto- dologías han nacido siempre por fuera de las tramas institucionales. Para quienes nos leen desde fuera de Bolivia y creen que Evo Morales es un redentor porque es indígena, cabe decir que a este gobierno le pasa en cuestión de propuestas, discusión ideológica y teoría, exactamente lo mismo que a cualquier otro, porque la estructura estatal ya se ha devorado, en poco tiempo, todo el afán transformador con el que sedujeron al mundo. Muchos y muchas, ingenuamente, consideran que el momento en el que un Estado, un gobierno, un orga- nismo internacional o una institucionalidad empiezan a utilizar esas ideas y ese léxico, es cuando el proceso de florecimiento e influencia se ha activado. Yo considero que más bien se trata, y específicamente de cara a la propuesta de despatriarcalización, de un intento por neutralizar y secuestrar su fuerza subversiva. Somos protagonistas de una transformación social en la que no necesitamos del Estado, ni como legitimador, ni como intermediario de nuestras propuestas. Es eso lo que nos hace más peligrosas, más libres y menos controlables. Pongo en este ensayo, a consideración de ustedes, la tesis de la despatriarcalización en el contexto de la descolonización, para ello la ubico en el contexto de los feminismos a nivel internacional y en el contexto de sus posibilidades y alcances transformadores. Advierto que el texto es contradictorio, he decidido dejarlo así porque es la contradicción lo que estamos habitando. Aunque es la despatriarcalización el objeto de este texto, el lugar que ocupamos hoy es el de la contradicción entre la asimilación al patriarcado o la despatriarcalización.
Descargar el libro completo aquí: http://mujerescreando.org/wp-content/uploads/2021/04/000-208-Despatriarcalizacion-Lavaca-INTERIOR.pdf
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