Manuel León

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El Gobierno de Canarias presenta su Estrategia de Reto Demográfico como un gran ejercicio de planificación, pero al contrastarla con el informe Canarias Importa de la ULPGC (2020), lo que emerge es la sensación de que estamos ante otro gesto de postureo institucional más que ante una verdadera transformación.

Canarias Importa (ULPGC, 2020)

El informe Canarias Importa, impulsado por el Consejo Social de la ULPGC, nació en plena crisis de la COVID-19 con un objetivo claro: repensar el modelo de desarrollo de Canarias. Entre sus propuestas destacaban:  

– Diversificación económica más allá del turismo.  

– Cohesión social y territorial frente a la creciente desigualdad.  

– Participación ciudadana y académica para diseñar políticas públicas con base en conocimiento.  

– Pilotos de acción concreta para pasar del diagnóstico a la práctica.  

Era, en esencia, un intento de vincular universidad y sociedad para abrir un debate serio sobre el futuro del archipiélago.

El Plan de Reto Demográfico del Gobierno de Canarias

Cinco años después, el Gobierno aprueba la Estrategia Canaria de Reto Demográfico y Cohesión Territorial con 43 medidas y 428 acciones. El documento se presenta como el “primer esfuerzo integral” para abordar: 
– La despoblación en zonas rurales y medianías. 
– La presión demográfica en áreas urbanas. 
– El acceso a vivienda y la planificación territorial. 
– La creación de una oficina virtual de apoyo a municipios en riesgo poblacional. 

Sin embargo, no incluye limitaciones al crecimiento poblacional ni medidas contundentes contra la especulación inmobiliaria, uno de los principales factores que agravan la desigualdad y expulsan a la población local de sus barrios.

Comparación y crítica: ¿otro Canarias Importa?

El paralelismo es evidente: 
– Ambos documentos se presentan como ejercicios de reflexión colectiva. 
– Ambos prometen acciones concretas para afrontar problemas estructurales. 
– Ambos se difunden con un lenguaje de “participación” y “cohesión”. 

Pero en la práctica, el Plan del Gobierno parece repetir la lógica de Canarias Importa: mucho diagnóstico, poca acción transformadora. 
– El informe universitario ya advertía de los límites del modelo turístico y de la necesidad de diversificación. El Plan gubernamental lo reconoce, pero no plantea medidas disruptivas. 
– Se habla de vivienda, pero se evita confrontar el poder de los grandes tenedores y la especulación. 
– Se invoca la cohesión territorial, pero sin mecanismos claros para redistribuir recursos entre islas y municipios.

Conclusión: Postureo institucional

El Gobierno de Canarias convierte el “reto demográfico” en un eslogan político, igual que Canarias Importa fue un eslogan académico. Ambos documentos comparten un mismo defecto: se quedan en el plano discursivo, sin voluntad real de alterar las estructuras que generan desigualdad y desequilibrio territorial. 

En definitiva, el Plan de Reto Demográfico es otro Canarias Importa: un ejercicio de simple postureo, más preocupado por la foto y el titular que por la transformación efectiva de Canarias.