Julian Assange denuncia el Nobel como instrumento de guerra del Imperio decadente

Manuel Miranda / Canarias Decololonial

El fundador de Wikileaks acusa a la organización de convertir el Nobel de la Paz en un “instrumento de guerra” y pide congelar la dotación económica del galardón concedido a la opositora venezolana.

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Julian Assange ha presentado una denuncia penal contra la Fundación Nobel en Estocolmo, acusándola de haber convertido el Premio Nobel de la Paz en un instrumento de guerra al otorgárselo a la opositora venezolana María Corina Machado. Según Assange, el galardón, que debería servir para promover la paz y la reconciliación, se ha utilizado con fines políticos y bélicos, lo que desvirtúa su esencia. La concesión del premio a Machado, reconocida por su lucha por la democracia en Venezuela, ha generado polémica internacional y abierto un debate sobre la legitimidad del Nobel y su papel en los conflictos geopolíticos. Mientras para Machado el reconocimiento supone un respaldo a su liderazgo opositor, para Assange representa una muestra de cómo las instituciones pueden alinearse con intereses que, en su visión, fomentan la guerra en lugar de la paz.

Considerado uno de los premios más prestigiosos del mundo, el Nobel de la Paz es uno de los seis galardones creados por Alfred Nobel, científico, empresario y filántropo sueco. Pero debido a su carácter político, el de la Paz ha estado envuelto en la controversia con mucha más frecuencia que las otras cinco categorías de premios Nobel.

Noveles polémicos

La polémica del Novel de la paz viene de lejos. Ya en 1973, el entonces secretario de Estado de Estados Unidos, Henry Kissinger, recibió el Nobel de la Paz. No hay que olvidar que fue la mano financiadora del caos económico provocado por las huelgas generales de trasporte y otras organizadas por la CIA que paralizaron Chile y que «justifico» el golpe de estado de Pinochet, y apoyado por USA. El premio a un dirigente envuelto en muchos de los episodios más polémicos de la política exterior de USA, como los bombardeos secretos en Camboya o el apoyo a regímenes militares en Sudamérica dejó a muchos boquiabiertos. Junto a Kissinger fue premiado el líder norvietnamita Le Duc Tho, por su papel en la negociación de un alto el fuego en la guerra de Vietnam, pero declinó recibirlo. Dos miembros del comité de los Nobel presentaron su renuncia y el New York Times se refirió al premio como el Nobel de la Guerra.

Mucha gente, entre ellos el mismo premiado, Barack Obama, se quedó sorprendida cuando el expresidente de Estados Unidos Obama ganó el Nobel de 2009. Obama llegó a escribir en sus memorias que su primera reacción al enterarse fue preguntar «¿por qué?». Solo llevaba nueve meses como presidente de Estados Unidos y muchos críticos calificaban de prematura la concesión de tan importante galardón. De hecho, el plazo para enviar nominaciones había vencido solo 12 días después de que Obama jurara como presidente. En 2015, el ex director del Instituto Noble, Geir Lundestad, insinuó en declaraciones a la BBC que el comité que decidió premiar a Obama se arrepintió después de su decisión, o eso dicen.

Yasser Arafat recibió el premio en 1994 junto con el entonces primer ministro israelí, Isaac Rabin, y su ministro de Exteriores Shimon Peres, en reconocimiento a su trabajo en la consecución de los Acuerdos de Paz de Oslo, que en la década de 1990 supusieron una ventana a la esperanza de una posible paz en el largo conflicto entre israelíes y palestinos. La decisión de premiar a Arafat, que había estado envuelto en acciones armadas, provocó críticas en Israel y otros países.De hecho, la elección de Arafat causó un revuelo dentro del propio comité que lo eligió.Uno de sus miembros, el político noruego Kare Kristiansen, dimitió como gesto de protesta.

La política birmana Aung San Suu Kyi ganó el Nobel de la Paz en 1991 por su lucha no violenta contra el gobierno militar de su país. Pero más de 20 años después, fue objeto de fuertes críticas por no denunciar las matanzas y violaciones de los derechos humanos de la minoría musulmana de los rohingya en Myammar, que Naciones Unidas catalogó como un «genocidio». La postura de Aung San Suu Kyi en la crisis de los Rohingya llevó a que algunos pidieran que se la despojara de su Nobel.

El primer ministro de Etiopía, Abiy Ahmed, recibió el premio de 2020.El primer ministro de Etiopía recibió el premio en diciembre de 2020 por sus esfuerzos por resolver un viejo conflicto fronterizo con Eritrea. Pero poco más de un año después, la decisión de premiarlo estaba envuelta en dudas. En la comunidad internacional surgían críticas a la decisión de Ahmed de desplegar tropas en la región de Tigray, en el norte de Etiopía.Los combates allí han dejado miles de muertos y la ONU describió lo ocurrido como una «destrucción desoladora».

El nunca premiado: Gandhi

Los Nobel de la Paz son famosos también por algunas ausencias destacadas en su palmarés. Quizá la más notoria sea la de Mahatma Gandhi.Pese a ser nominado varias veces, el político indio, que se convirtió en un símbolo del movimiento pacifista en el siglo XX nunca recibió el premio. En 2006, el historiador noruego Geir Lundestad, entonces presidente del Comité del Nobel, dijo que no haber reconocido los logros de Gandhi había sido el mayor fallo en la historia de los Nobel.

Así fue el papel de Estados Unidos en el golpe militar en Chile. Ver video aquí

Analisis decolonial de la denuncia de Julian Assange al Nobel dela opositora venezolana María Corina Machado como instrumento de guerra

Para profundizar en este análisis, ampliaremos cada uno de los ejes del pensamiento decolonial aplicados a la denuncia de Assange. Aquí exploramos las capas de poder, historia y simbolismo que subyacen en este enfrentamiento entre el fundador de WikiLeaks y la hegemonía del Nobel.

​1. La «Paz» como Dispositivo de Control y Pacificación

​En el pensamiento decolonial existe una distinción crítica entre la paz insurgente (nacida de la justicia social) y la paz liberal (impuesta para mantener el orden de mercado, el orden neoliberal establecido).

  • El mecanismo: Al premiar a una figura que promueve la intervención militar extranjera en Venezuela, el Nobel redefine la «paz» no como la ausencia de conflicto armado, sino como la eliminación de la resistencia al modelo occidental.
  • La Pacificación: Históricamente, «pacificar» fue el término usado por los imperios para masacrar civilizaciones indígenas bajo el pretexto de traer orden. Assange detecta que este premio busca «pacificar» a Venezuela mediante la validación de una fuerza externa, convirtiendo a la Fundación Nobel en un brazo ideológico de la estrategia militar.

​2. El «Universalismo» Eurocéntrico: La Verdad Única

​Occidente ha construido la idea de que sus valores son «universales», cuando en realidad son locales (europeos) expandidos por la fuerza.

  • El Tribunal de la Moral: Suecia y Noruega operan como los jueces morales del planeta. Assange impugna esta jerarquía: ¿Por qué un comité en Estocolmo tiene la autoridad de señalar quién es un héroe en el Caribe mientras ignoran los efectos de las sanciones económicas que asfixian a ese mismo pueblo?
  • La crisis de la neutralidad: La denuncia penal de Assange rompe el «encanto» de la neutralidad nórdica, revelando que detrás del prestigio del Nobel hay inversiones y alineaciones con la industria de la defensa y la geopolítica de la OTAN.

​3. La Geopolítica del Deseo y la Tutela Colonial

​La colonialidad del poder establece que el Sur Global es un niño que necesita un tutor.

  • El deseo del «Salvador»: Figuras como Machado son presentadas como «salvadoras» validadas por el Norte, lo que anula la capacidad de los pueblos del Sur para generar sus propios procesos de resolución de conflictos.
  • La mirada de Assange: Assange utiliza su posición de «insider» que conoce las alcantarillas del poder (gracias a los cables de WikiLeaks) para advertir que este premio es el preludio narrativo de una agresión física. El «deseo» del Norte no es la democracia venezolana, sino el control de sus recursos, y el Nobel es el envoltorio de regalo de esa ambición.

​4. Resistencia y el Testamento como Contrato Colonial

​El testamento de Alfred Nobel es analizado aquí no como un documento legal sueco, sino como un fetiche de la legalidad blanqueada.

  • El doble rasero: Assange señala que el dinero generado por la invención de la dinamita (un instrumento de destrucción) debería ser, por estricta orden de su creador, para detener la guerra.
  • Fractura Epistémica: Mientras la Fundación Nobel ve en Machado una «activista», el pensamiento decolonial, apoyado por voces como Pérez Esquivel, ve en ella una «operadora de la colonialidad». La denuncia penal busca que la ley europea se enfrente a su propia contradicción: o respetan el testamento (paz real) o admiten su función política (guerra encubierta).

​5. La Rehumanización y el Sujeto Perseguido

​Assange, tras años de encierro, emerge no como una víctima, sino como un intelectual decolonial activo.

  • Subvertir el juicio: Normalmente, es el Norte el que juzga al Sur por crímenes de lesa humanidad. Assange invierte la dirección del juicio: es el hombre perseguido por el imperio quien denuncia a la institución más prestigiosa del imperio por facilitar crímenes de guerra.
  • El cuerpo como territorio de resistencia: El propio cuerpo de Assange, desgastado por la persecución, es testimonio de lo que ocurre cuando alguien desafía la colonialidad del saber (la secrecía de Estado). Su denuncia es un acto de solidaridad con otros territorios (como Venezuela) amenazados por la misma maquinaria.

​6. El Nobel como «Fetiche» y la Industria de la Virtud

​En el capitalismo tardío, la «virtud» se ha convertido en una mercancía. El Nobel es el producto estrella de esta industria de la virtud.

  • La ocultación de la violencia: El premio funciona como un velo. Mientras los medios discuten el vestido o el discurso de la premiada, se oculta el despliegue de portaaviones en el Caribe.
  • Desfetichización: La acción de Assange «desfetiche» el premio. Al llevarlo al terreno penal, le quita el aura de santidad y lo coloca en el terreno terrenal de la financiación criminal y la complicidad bélica.

​7. Hacia una Paz Pluriversal (Soberanía Epistémica)

​Finalmente, ampliar este punto implica reconocer que existen muchas formas de paz.

  • Más allá de Estocolmo: Una paz decolonial reconoce los tratados de los pueblos, las zonas de paz del Caribe (CELAC) y los diálogos internos.
  • El aporte de Assange: Al atacar el monopolio del Nobel sobre la definición de «paz», Assange abre espacio para que otras definiciones —basadas en la soberanía, la no injerencia y la justicia reparativa— puedan ser escuchadas.

Conclusión

La denuncia de Julian Assange contra la Fundación Nobel es un hito en la lucha por la descolonización del pensamiento jurídico y político. Al señalar que un premio puede ser un «instrumento de guerra», Assange nos obliga a mirar las estructuras de poder que se esconden detrás de las medallas de oro. Es una llamada a que el Sur Global deje de buscar la validación en los salones de Europa y empiece a juzgar, con sus propios ojos y leyes, a quienes pretenden gobernar el mundo bajo el disfraz de la filantropía.


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