
La estrategia del Majzen, Estado represor marroquí, es desacreditar al activimo relacionándolo con el tráfico de drogas y con delitos sexuales falsificados por la policía corrupta, la misma que se enriquece con el tráfico de pateras en Dajla y otras zonas costeras saharauis
La sentencia se basó en cargos de posesión y distribución de drogas basados en registros policiales. Desde entonces, Ghali Bouhalla y Nafaa Botasufra han negado haber firmado sus declaraciones desde su primera audiencia.